Antes de tener respeto por los otros, aprendamos a respetarnos a nosotros mismos.Yo me conozco; vivo hace muchos años conmigo mismo. Conozco mis
fortalezas y los puntos débiles que tengo; sé en que soy bueno y en que
tengo que mejorar.
Pero, aunque mis debilidades sean más poderosas que las fortalezas, también me respeto mucho.Cuando soy capaz de respetarme, más allá de cualquier traza de
personalidad negativa que tengo, por el mero hecho de que me considero
un ser humano valioso, entonces fácilmente respetaré a cualquier persona
con quien me encuentre.
Si todos caemos en conciencia de esta
breve reflexión podremos construir un entorno diferente, si yo cambio,
tu cambias, y haremos un mundo mejor, un abrazo
de corazón a corazón. Elias Cabeza
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